One week...

Dentro de 7 días estaré, si Dios quiere, en Houston, Texas, iniciando unas vacaciones necesarias como nunca.
Extraño mucho a USA. No puedo esperar a llegar, respirar ese aire de nuevo, comer su comida, saludar a algunos amigos. Llego y me voy a Corpus Christi, que es una playita hermosa, donde puedo nadar y recargar fuerzas, y uno de los pocos lugares del mundo en donde puedo andar sin mascara y sin fotografos molestos.
Miro por la ventana en este domingo gris y lluvioso de esta hermosa Buenos Aires, miro el cielo, sigo las infimas lucecitas de los aviones. Gente que se esta yendo vaya uno a saber detras de que, o llegando a hacer vaya uno a saber que cosa. Debe haber gente feliz porque va a visitar a alguien, o a conocer un lugar que soño conocer toda su vida. Debe de haber gente que solo va a trabajar, que es un viaje mas, solo rutina y negocios. Por que no, tal vez haya alguien que viaje para cumplir algún trámite penoso.
Yo, desde aca abajo, los miro, jugando a adivinar ilusiones, y quiero apurar el tiempo para estar sentado en uno de ellos e irme a Texas, y volver a desayunar con Donuts, tomar Minute Maid y Mountain Dew a morir, comer Pretzels, leer TV Guide, mirar TV Land, ir al parque Six Flags, almorzar Pavo y cenar pollo frito, comer los Footlongs de Subway, transitar esas rutas y autopistas, y descansar.
Faltan 7 días, es poco y es una vida al mismo tiempo. Mientras, en el cielo, las lucecitas nunca paran de pasar...